Nada te es dado, tienes que trabajar por ello

Al crecer en el condado de Jefferson, los niños aprenden la frase "Gold Crown Basketball" a una edad temprana. Para Parker, no fue una excepción. La primera vez que tuvo un balón de baloncesto en las manos fue a los cuatro años, y ahí nació su amor por este deporte. Parker practicó otros deportes durante su infancia, pero siguió los pasos de su padre y se centró en el baloncesto. El Gold Crown Field House pronto se convirtió en su segundo hogar.

A lo largo de su carrera baloncestística, Parker jugó en el Hanzlik Hoops Camp, la Youth Competitive League, el High School Team Camp, los Jeffco Senior Games y un sinfín de partidos en sus equipos B&B Academy, Elevation Flyers y Chatfield High School. Sin embargo, lo que quizá no sepas viendo a Parker en la cancha es que nació con parálisis cerebral, un grupo de trastornos que afectan a la capacidad de una persona para moverse y mantener el equilibrio y la postura.

Parker siempre se enfrentó a la adversidad, pero eso no le desanimó. Por el contrario, lo utilizó como una fuerza motriz para trabajar más duro y se convirtió en un jugador dominante y un tirador de 3 puntos. Uno de sus mejores recuerdos es haber anotado diez triples en un partido en el FirstBank Ct. 3 (su pista favorita) del Gold Crown Field House.

Ha aprendido lecciones en la cancha, como una dura derrota, y las ha aplicado a su situación actual. Lo más importante es que "nada te viene dado; tienes que trabajar para conseguirlo. La vida te va a traer retos, pero lo más importante es cómo respondes y superas esos retos".