La construcción de recuerdos y cimientos para su familia suele girar en torno a pasar tiempo de calidad juntos. Si buscas nuevas formas de crear hábitos positivos y saludables en familia, prueba a plantar un huerto familiar. No sólo es una actividad fácil de realizar, sino que además enseña a sus hijos lecciones de vida a través del aprendizaje experimental. Aprenderán responsabilidad, el beneficio y la facilidad de comer alimentos frescos, el sentido del logro y a mantenerse activos (por nombrar algunos). ¿Cómo empezar? Gracias a estos consejos de Familia VeryWell.
Tanto si tienes un acre de tierra como unas cuantas macetas en un balcón, cultivar un huerto en familia os ayuda a todos a vivir más sanos. La jardinería es una actividad fácil de compartir, y cosecharás muchos beneficios junto con tus verduras frescas, flores de colores y hierbas aromáticas. Y lo que es mejor, no tienes que esperar a que tus plantas florezcan para ver esos beneficios. Algunos de ellos, como el alivio del estrés,1 la unión familiar y la diversión son casi instantáneas.
Beneficios de un huerto familiar
Cuando padres e hijos trabajan juntos para plantar y cuidar un huerto, todos pueden disfrutar de estas ventajas.
Actividad física
La jardinería y el trabajo en el jardín son ejercicios de intensidad moderadaque todos necesitamos cada día. Los niños de 3 a 5 años necesitan hacer tres horas de actividad física al día, y los mayores, un mínimo de una hora diaria.2 Aunque cuidar del huerto familiar no requiere una actividad tan vigorosa como, por ejemplo, correr o jugar al tenis individual, sigue siendo beneficioso para el organismo.3
La jardinería te pone al aire libre y en movimiento. Fomente la actividad de su hijo pidiéndole que le traiga varias herramientas, como un cubo, una pala o una manguera. El trabajo real de jardinería también puede ser bastante exigente. Además, una vez en el patio o el huerto, es probable que su pequeño empiece a participar en juegos más activos cuando no esté trabajando activamente en el jardín.
Una vez que se empieza a trabajar en el jardín, es habitual continuar durante 30 minutos o más. Y la jardinería incorpora motricidad fina fortalecimiento y estiramiento.
Menos estrés, mejor humor
La jardinería es un excelente aliviador del estrés por una combinación de razones fascinantes: la exposición al aire fresco y la luz del sol, la realización de tareas relajantes y repetitivas, e incluso el contacto con bacterias inofensivas en el suelo que ayudan a liberar serotonina en el cerebro.4
Tiempo al aire libre
Los niños son propensos a pasar mucho tiempo dentro de casa, lo que puede afectar negativamente a su comportamiento y su salud. Las investigaciones indican que el tiempo pasado en la naturaleza ofrece importantes beneficios para la salud mental de los niños.5 Un huerto familiar les permite disfrutar y experimentar el mundo natural.
Dormir mejor
Todo lo anterior (actividad física, reducción del estrés, estar al aire libre) puede contribuir a que todos durmamos más y mejor. Y dormir mejor, a su vez, puede mejorar el comportamiento, la salud, el rendimiento escolar y el bienestar general de los niños.6
Una alimentación más sana
Los niños que cultivan hortalizas tienden a comer más verduras. O, al menos, puede que estén más dispuestos a probar verduras desconocidas, que es el primer paso hacia la cocina. incorporar nuevos sabores en su dieta. Los adultos que cultivan un huerto también son más propensos a comer más frutas y verduras que los que no lo hacen.4
Tiempo en familia
La jardinería es una gran actividad familiar que puede fomentar la unión familiar. Planificar, sembrar y cuidar un huerto familiar ofrece un propósito compartido para todos. Trabajar juntos en un proyecto significativo fortalece y refuerza los lazos. La jardinería ayuda a enseñar responsabilidad a los niños y les da un sentido de logro.
Proyectos para su huerto familiar
Consulta con un vecino experto, un familiar, un vivero local o un servicio de extensión cooperativa para averiguar qué plantas crecerán mejor donde vives. Las búsquedas en Internet también te ayudarán a determinar qué plantas se desarrollarán mejor en el espacio del que dispones. También puedes invertir en un barril para la lluvia y hacer una pila de compost para que tu jardín sea más respetuoso con el medio ambiente.
Verduras
Empieza a cultivarlas a partir de semillas o compra plantones para empezar. Si tus hijos tienen una verdura favorita, merece la pena que intenten cultivarla ellos mismos. Puedes encontrar zanahorias, judías verdes, pimientos y patatas en atractivos tonos morados. Los tomates también están disponibles en docenas de colores, formas y tamaños.
Las plantas de crecimiento rápido, como los rábanos, los guisantes, los pepinos y muchas hierbas aromáticas, satisfacen a los niños. Si tus hijos son muy pequeños, les resultará más fácil plantar verduras con semillas más grandes, como guisantes, maíz y judías.
Flores
Hay muchas formas de involucrar a los niños en el cultivo de flores. Deja que escojan semillas basándose en las bonitas fotos de los paquetes. O bien opta por el drama con girasoles fáciles de cultivar, que pueden alcanzar hasta dos metros de altura.
Las margaritas sencillas producen muchas flores para que los niños las disfruten, las exhiban y hagan manualidades con ellas. Otras flores fáciles de cultivar (y, por tanto, menos propensas a la decepción) son las caléndulas, las bocas de dragón y los geranios.
También puedes decidir plantar con un objetivo en mente, como crear un jardín de mariposas lleno de plantas que atraigan y nutran a las mariposas. Tendrás la satisfacción de cultivar cosas bonitas al tiempo que das la bienvenida a hermosas criaturas.
Frutas
Los árboles frutales pueden ser difíciles de cuidar y tardar varios años en dar cosecha. Pero las fresas son fáciles de cultivar a partir de semillas o plantones, y las moras o frambuesas también pueden ser una opción (además, son perennes y volverán año tras año). Si vives en un clima muy cálido o los mantienes en el interior, también puedes cultivar tus propios cítricos.
Formas creativas de compartir la jardinería
Si tienes poco espacio al aire libre, plantar en macetas es una buena forma de probar la jardinería. Si no tienes jardín ni sitio para poner macetas, plantéalas en un jardín de interior o en jardineras de ventana. Incluso si tienes espacio, empezar con macetas puede ser una buena introducción a la jardinería para los más pequeños.
Otra opción es trabajar en un huerto comunitario, lo que puede significar alquilar una parcela o compartir el trabajo para una cosecha comunitaria. Las oportunidades de cultivar un huerto comunitario varían mucho, por lo que puede ser necesario investigar un poco para averiguar qué opciones hay disponibles. Póngase en contacto con las autoridades locales o con el Asociación Americana de Jardinería Comunitaria para que le ayuden a ponerse en contacto con los recursos disponibles en su comunidad.
Además, considere si conoce a alguien que tenga un jardín. Tal vez puedas colaborar con un amigo o vecino al que le entusiasme tener algunos ayudantes de jardinería con regularidad.
Tareas de jardinería para niños
Los niños pueden hacer gran parte del trabajo de tu huerto familiar, ya sea de forma independiente o junto a un adulto. Aunque no quieras que se agoten con tareas tediosas como quitar las malas hierbas, ayudar y asumir responsabilidades es parte de lo que da sentido a un huerto familiar. Fíjate un objetivo, como limpiar una pequeña zona designada o trabajar durante 15 o 20 minutos, y luego haz otra cosa para descansar entre tarea y tarea.
Dependiendo de su edad, los niños pueden:
- Llevar los residuos compostables a la pila de compost
- Recoger palos y otros residuos
- Cavar agujeros para semillas o plantas
- Cosechar frutas o verduras
- Cortar el césped (a partir de 10 años)
- Arrancar malas hierbas (con buenas instrucciones sobre qué arrancar y qué conservar)
- Rastrillar las hojas
- Cortar flores para un ramo
- Esparcir corteza o mantillo
- Espolvorear alimento para plantas
- Plantas acuáticas
Foto: Antonio_Diaz de Canva/Getty Images